El domingo, cuando quienes asistimos comúnmente a los partidos de Ñublense lleguemos al estadio municipal de Chillán, la figura de don Luis Espinoza Gatica será recordada por todos los espectadores del compromiso a través de un minuto de silencio. Probablemente, al leer solo el nombre, muchos lo desconocerán, pero si lo describimos como el señor de delantal, que al ingreso del recinto recibía a los futboleros ofreciéndoles maní, ese desconocimiento se transformará en sonrisa y gratitud por la amabilidad con la que daba la bienvenida al principal coliseo de la provincia. El miércoles, nos enteramos de su lamentable partida. Si bien desde hace un tiempo su figura física no asistía al Nelson Oyarzún Arenas, su esposa e hijos continúan trabajando en el recinto deportivo, tal como seguramente lo harán el domingo, cuando Ñublense enfrente a Antofagasta. Quienes desde pequeño vamos al estadio, recordaremos siempre a este hombre que acompañó a Ñublense a lo largo y ancho del país. Quienes llevamos a Ñublense en el corazón, admiraremos a este hincha que, más allá de sus impedimentos físicos, siguió al equipo rojo hasta sus últimos momentos de vida. Vaya para su familia, este pequeño pero merecido reconocimiento.
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lunes, octubre 29, 2007
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