Desde los albores de la democracia, la creación de bloques constituye un referente empírico, que busca asociar distintos conglomerados con pensamientos similares, para llevar adelante la labor política correspondiente, dando paso así a pactos que tienen obviamente también un trasfondo electoral, pero que , en la base, aúnan colectividades con visiones similares.
Se entiende por consecuencia lógica, que el ser partícipe de un bloque significa compartir principios y valores propios del mismo además de defender ideales y programas de gobierno.
Lo anterior, hace difícil de entender entonces que en una asociación de partidos puedan existir grupos que gobiernen y al mismo tiempo hagan oposición. Sin embargo, lo anterior puede explicarse sólo cuando la unión de los grupos políticos tiene únicamente una orientación electoral, dejando atrás los principios valóricos que, debe suponerse, originalmente causaron su unión.
En Chile, los últimos días ha pasado algo similar. La decisión gubernamental de entregar la píldora del día después a las niñas mayores de 14 años, abrió una discusión generalizada sobre el tema, pero también una discordia política que no es nueva.
La democracia cristiana, partido de centro, con valores y principios propios de nuestra tradición Judeo Occidental, reparó la medida, expresó su postura y , de un momento a otro, se transformó en oposición.
Sin embargo, la píldora fue sólo el comienzo, puesto que el voto de Chile en Naciones Unidas, aún mantiene tensas las relaciones en el interior del bloque gobernante. Mientras los socialistas expresan su simpatía por la posibilidad que Chile apoye a Venezuela, los dc, otra vez, se unen en opinión a la Alianza y rechaza dicha acción.
¿Estamos en presencia entonces de un partido que sólo se mantiene en la Concertación con el propósito de no perder representación popular, pero que ya no comparte los ideales que dicho bloque pregona?
Varias son las consultas que uno puede realizarse.¿Si el Partido Demócrata Cristiano no comparte hoy un ideal común con el PS, PPD Y PR, por que sigue siendo parte de ese conglomerado?.
¿O es que la DC teme abandonar la Concertación en defensa de sus principios y valores por las consecuencias políticas que esa medida pudiese tener?
¿Forma parte esto de una estrategia electoral que busca quitarle protagonismo a la oposición, instalando el debate en el interior del mismo grupo gobernante?
En fin, podíamos enumerar una serie de consultas. Lo único concreto es que no se puede ser gobierno y oposición, la falta de consecuencia es algo que, al final, la gente no perdona. Y la DC podría pagar un alto costo por su manera de actuar.
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viernes, septiembre 22, 2006
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